El origen de las alineaciones sumerias

¿Cuál fue el origen de las alineaciones sumerias? ¿Por qué comprobé a qué conectaban las principales direcciones cardinales que nacían de Sumeria? Muchos lectores me han transmitido estas preguntas y el hecho es que su análisis ha sido, precisamente, la semilla gracias a la cual pude desarrollar y publicar la presente obra, por lo que es mi pretensión responder esta cuestión.

En 2017 visualicé un curioso vídeo de Youtube titulado Línea que une los sitios ancestrales y que podéis ver a continuación

¿Podía ser cierto? Mi primera reacción tras ver el vídeo fue tratar de verificar que la alineación que se presentaba era cierta, para lo cual utilicé un software de modelado 3D, muy común en mi profesión, con el que modelé la Tierra y todos los lugares ancestrales que allí se mostraban. Efectivamente todos ellos estaban alineados, pero no por una fina línea, sino más bien por una franja de unos 150 km de ancho, lo cual no terminaba de convencerme.

En busca de una lógica

Dado que por aquel tiempo acababa de leerme la obra El Cercano Oriente, de Isaak Asimov, que presentaba a los sumerios como la primera civilización, imaginé que de haber algo cierto tras la alineación del vídeo probablemente los sacerdotes sumerios fueran sus artífices. Expertos astrónomos, constructores de pirámides y con una cultura religiosa similar a la griega, además de ser la fuente de inspiración de numerosos relatos de nuestra conocida Biblia. Sin embargo, la única ciudad sumeria que se presentaba en el vídeo, Ur, distaba casi 70 km del centro de la franja alineatoria, lo cual seguía sin convencerme.

Así que probé con otras alineaciones con la esperanza de encontrar alguna lógica más precisa. De esta manera sitúe en mi modelo de la Tierra otras ciudades emblemáticas que no habían sido tenidas en cuenta en el vídeo: las sumerias Eridú, Uruk y Nippur, y otros lugares interesantes como Urkish, Alejandría, Jerusalén, Roma, Stonehenge, y muchos más. Probé y probé pero ninguna de las alineaciones que planteaba parecía responder a patrón alguno. Hasta que comprendí un hecho singular: la alineación del vídeo alcanzaba un máximo de latitud precisamente por su paso por el territorio sumerio, lo que significaba que partiendo de Sumeria y caminando exactamente hacia el este o hacia el oeste, se recorría toda la franja que señalaba el vídeo. La lógica comenzaba a perfilarse.

Se revela el origen de las alineaciones sumerias

No tardé en trazar las líneas este-oeste que nacían de las ciudades sumerias que tenía introducidas en el modelo 3D: Eridú, Ur y Nippur. Y entonces comprobé un hecho insólito: Esas tres ciudades enlazaban, con una asombrosa precisión, con los tres lugares egipcios de mi modelo: Giza, Heliópolis y Alejandría, respectivamente. No podía ser casualidad ¿Había dado con algo realmente increíble?

Pero yendo un paso más allá, si los sacerdotes sumerios habían realizado la proeza de conectar sus ciudades con las egipcias deliberadamente, sería de esperar entonces que se tomaran la molestia de dejar impregnadas en ellas atributos culturales y religiosos similares a las de sus homólogas sumerias con las que estaban conectadas.

Y en efecto, comprobé que Eridú, la ciudad sumeria más antigua donde el dios patrón era Enki, dios de la Construcción ¡Conectaba con las Grandes Pirámides de Giza! La única Maravilla del Mundo Antiguo que todavía hoy permanece en pie.

Por otra parte Ur, la ciudad sumeria más sacerdotal, donde se encontraba el Ojo de Ur y cuyo dios patrón era el dios Luna ¡Enlazaba con Heliópolis! La ciudad egipcia en la que se originó su religión, cuyo dios principal era Ra, el dios Sol, y en donde se albergaba el Ojo de Ra. Desconozco sin embargo por qué se podría pretender unir la Luna y el Sol bajo la misma alineación, no obstante nótese la posibilidad de que la palabra egipcia Ra provenga de una deformación fonética de la sumeria Ur.

La tercera conexión era Nippur con Alejandría. Y aunque en la ciudad sumeria se adoraba a Enlil, dios del Rayo, no encontré ninguna referencia a un dios patrón particularmente adorado en Alejandría. Sin embargo había un dato curioso: Alejandría se convirtió en la capital de Egipto cuando fue tomada precisamente por los griegos, los adoradores de Zeus ¡el dios del Rayo!

¿Y qué hay de las demás ciudades y direcciones?

Era de esperar que si los sumerios habían conectado estas ciudades tanto geográfica como culturalmente, también lo hicieran con el resto de sus ciudades y con el resto de direcciones que partían de Sumeria. Y así fue como se inició la investigación, que ocupó todo el año 2018, y que estuvo repleta de hallazgos sorprendentes que culminaron con la publicación de La hipótesis.

La hipótesis

Sin comentarios

Añadir un comentario